Marc Márquez y Ducati: La marcha implacable hacia la supremacía de MotoGP en 2025
Marc Márquez ha vuelto a emerger como la figura emblemática de la excelencia en MotoGP, orquestando junto a Ducati una temporada 2025 que roza la perfección. El español se encuentra ahora a solo pasos de conquistar su séptimo campeonato del mundo en la categoría reina, un hito que llegaría seis años después de su último título con Honda en 2019.
Este logro resulta aún más notable si se coloca en el contexto de su historia reciente. Desde 2020, Márquez ha soportado una dura serie de lesiones, recuperaciones quirúrgicas y altibajos en su rendimiento que, en algunos momentos, hicieron dudar seriamente de que pudiera regresar a la cima del deporte. Su lucha ha sido incansable, una historia definida tanto por la determinación como por el talento.
La temporada de dominio de Ducati y el efecto Márquez
El dominio de Ducati en 2025 ha sido casi absoluto. De las 24 carreras disputadas hasta el momento, la fábrica de Bolonia ha logrado la victoria en 22, un nivel de rendimiento sin precedentes que ha dejado a los equipos rivales buscando desesperadamente respuestas. En este entorno de superioridad técnica, Márquez ha prosperado, combinando una velocidad implacable con una maestría en carrera pulida durante años en la élite.
Para Ducati, fichar a Márquez no se trataba simplemente de sumar a otro piloto rápido a su alineación; fue una decisión de alto riesgo y alta recompensa. Internamente, existía la preocupación de que, sin un piloto de su calibre, su dominio en la jerarquía competitiva de MotoGP pudiera aflojarse. La elección de incorporarlo fue audaz, especialmente cuando algunos cuestionaban si el español, con 31 años y tras años de contratiempos físicos, podría ofrecer resultados ganadores de manera constante. Otros pensaban que mantener a Jorge Martín, ya consolidado como un rendimiento fiable sobre la maquinaria Ducati, sería la opción más segura.
El desenlace no podría ser más claro: Márquez ha devuelto la confianza de Ducati de forma rotunda.
Del riesgo a la recompensa: silenciando a los escépticos
Cuando se anunció el fichaje, el escepticismo era generalizado. Al fin y al cabo, las últimas campañas de Márquez con Honda habían estado marcadas por la mala fortuna y las dificultades, muy lejos de su dominio anterior. La posibilidad de que nunca recuperara su forma imbatible estaba muy presente.
Pero en tan solo una temporada, el español ha cambiado por completo esa narrativa. No solo ha vuelto a mostrar su versión más afilada y agresiva, sino que lo ha hecho de una manera que parece sostenible, una perspectiva aterradora para sus rivales. Su adaptación a la Ducati Desmosedici ha sido impecable, y su confianza sobre la moto se percibe en cada carrera.
La crítica de un rival: la perspectiva de Lorenzo
Aun así, el dominio en MotoGP inevitablemente atrae críticas. Jorge Lorenzo, antiguo adversario y tres veces campeón del mundo de MotoGP, ha opinado sobre el enfoque de Márquez. A su juicio, aunque la capacidad innata del español es incuestionable, su disposición a forzar hasta —y a veces más allá de— el límite absoluto es tanto una virtud como una vulnerabilidad.
Lorenzo ha sugerido que el impulso competitivo de Márquez puede llevarle en ocasiones a asumir riesgos innecesarios, un enfoque que podría volverse en su contra en circunstancias adversas. Sin embargo, en el contexto de la temporada actual, tales críticas parecen más bien un comentario sobre la mentalidad perfeccionista del piloto que un error táctico real.
El fenómeno de la frenada que nadie puede copiar
Uno de los elementos centrales de la ventaja competitiva de Márquez es una habilidad que sigue desconcertando a sus rivales: su extraordinaria técnica de frenada. En MotoGP, donde fracciones de segundo separan la victoria de la derrota, esta capacidad singular se ha convertido en su arma más letal.
Como recuerda el veterano periodista Mat Oxley, los ingenieros llevan tiempo buscando una forma mecánica de evitar el bloqueo de la rueda delantera en frenadas extremas —un sistema antibloqueo (ABS) adaptado a la competición, algo que el reglamento prohíbe estrictamente—. Ante la ausencia de dicha tecnología, los pilotos deben confiar únicamente en su instinto, control y sensibilidad.
Un ingeniero, hablando de su etapa en Suzuki, llegó a describir la ventaja de Honda en términos casi míticos: “Ellos ya tienen el dispositivo. Se llama Marc Márquez”. Esa observación sigue siendo igual de cierta en 2025. Incluso con la maquinaria de última generación de Ducati y una parrilla ferozmente competitiva, ningún piloto ha sido capaz de replicar el equilibrio, la precisión y la sensibilidad que Márquez demuestra al frenar desde velocidades extremas.
Mantenerse alerta en medio de la previsibilidad
Con la abrumadora superioridad de Ducati este año, Márquez se ha enfrentado en ocasiones a un reto poco habitual: evitar la complacencia en una temporada donde su máquina es consistentemente superior. Para mantenerse mentalmente activo, admite que a veces fuerza hasta el límite simplemente para seguir motivado.
Es una muestra de su psicología: incluso cuando una carrera parece bajo control, se niega a adoptar un ritmo conservador. Cada vuelta es una oportunidad para perfeccionar, experimentar y poner a prueba los límites del hombre y la máquina. Esta búsqueda constante de mejoras incrementales es una de las razones por las que sus actuaciones siguen siendo tan dominantes.
La creciente alarma en el paddock
No es de extrañar que el estado de forma de Márquez haya encendido las alarmas a lo largo del pit lane. Un directivo de Aprilia ha declarado públicamente que su equipo está comprometido a poner fin a la racha de victorias del español, aunque la magnitud del desafío es enorme.
A menos que cambios significativos en el reglamento alteren el equilibrio actual, el panorama competitivo de 2026 podría parecerse mucho al de 2025, lo que implicaría otro año con Márquez como gran favorito. Para cuando MotoGP introduzca un nuevo reglamento técnico en 2027, es totalmente posible que esté luchando por su noveno título en la categoría reina.
Mirando hacia adelante: ¿podrá la edad detenerlo?
Algunos podrían preguntarse si la edad comenzará a desgastar la supremacía de Márquez. Tendría 34 años cuando comience la temporada 2027, pero la historia ofrece poco consuelo a sus rivales. El rendimiento de Johann Zarco este mismo año, a esa misma edad, demuestra que se puede mantener un ritmo competitivo bien entrada la treintena.
Si Márquez se mantiene libre de lesiones, conserva alta su motivación y sigue contando con el respaldo de un equipo de primer nivel como Ducati, no hay señales claras de que sus facultades vayan a disminuir pronto. De hecho, el deporte podría estar presenciando el inicio de otra era prolongada de dominio.
El capítulo del legado
Para Márquez, 2025 se perfila como algo más que una temporada de regreso: es un capítulo definitorio en su carrera. Ganar un título después de una lucha tan prolongada ya sería un logro impresionante. Hacerlo con una moto de un fabricante completamente diferente eleva la hazaña a un nivel reservado solo para los campeones más versátiles y adaptables del deporte.
Si logra el título, Márquez se unirá a una lista exclusiva de pilotos que han ganado campeonatos del mundo de la categoría reina con múltiples fábricas, un reconocimiento que refuerza su estatus entre los más grandes de todos los tiempos.
Conclusión: un deporte bajo el control de un campeón
La historia de la temporada 2025 de MotoGP es, por encima de todo, la historia de Marc Márquez y Ducati. Es una alianza que ha fusionado el genio del piloto con la excelencia mecánica, creando un nivel de dominio que ha dejado a los rivales planificando más para las próximas temporadas que para las carreras inmediatas.
Por ahora, MotoGP sigue firmemente bajo el control de su competidor más laureado de la era moderna. Si la trayectoria actual continúa, el paddock podría estar preparándose no solo para otro año de supremacía teñida de rojo, sino para la extensión de un legado que podría definir la próxima década del deporte.