El piloto de pruebas de HRC, Stefan Bradl, destaca un gran paso adelante en el proyecto MotoGP 2025 de Honda
El piloto de pruebas de Honda en MotoGP, Stefan Bradl, ha elogiado las notables mejoras del fabricante japonés con la RC213V de 2025, revelando que la nueva moto ha cambiado fundamentalmente la forma en que debe pilotarse, una transformación que marca un fuerte contraste con el estilo de “riesgo al 110%” que antes se necesitaba para sacar rendimiento, especialmente durante la era dominante —aunque exigente— de Marc Márquez con la marca japonesa.
Tras haber soportado su temporada más difícil en la era moderna de MotoGP en 2024, Honda afrontó 2025 bajo una enorme presión para revertir su situación. Los resultados han sido nada menos que impresionantes. El fabricante japonés ha vuelto a acercarse a la competitividad, regresando a la senda de la victoria por primera vez en años con el triunfo de Johann Zarco bajo condiciones complicadas en el Gran Premio de Francia, seguido de sólidos podios en seco en los Grandes Premios de Gran Bretaña y Japón.
A falta de solo cuatro rondas para el final de la temporada 2025, Honda se encuentra en el cuarto puesto del campeonato de constructores, manteniendo una ventaja de 46 puntos sobre Yamaha y situándose a solo 44 puntos del tercer clasificado, KTM —una notable remontada que refleja la recuperación gradual pero decisiva de la marca.
Una RC213V transformada: potencia, equilibrio y manejabilidad
La nueva generación de la RC213V ha experimentado una renovación integral, con importantes actualizaciones en el motor, el chasis y el paquete de suspensión. Estas mejoras han logrado finalmente una motocicleta más equilibrada y predecible, que permite a los pilotos extraer velocidad sin tener que pilotar constantemente al límite del control.
Bradl, quien ha sido la figura clave del desarrollo de Honda durante las últimas temporadas, habló abiertamente sobre esta transformación, destacando cómo el mejor rendimiento del motor ha eliminado la necesidad de que los pilotos tengan que ir siempre más allá de sus límites.
“Honda ha probado mucho con los basculantes, la suspensión y el chasis durante los últimos tres años”, dijo Bradl a GPOne. “Fue un enorme ir y venir. Pero ahora finalmente se ha encontrado una dirección con un objetivo claro.”
Según Bradl, el mayor avance se encuentra en el área del motor. Tras años de luchar con la entrega de potencia y con déficits de velocidad punta, los ingenieros de Honda han conseguido desarrollar un propulsor que no solo está a la altura en las rectas, sino que además complementa perfectamente el comportamiento del conjunto.
“Ahora que el motor tiene la potencia necesaria para mantenerse al ritmo en las rectas, puedes tomarte un respiro y afrontar las frenadas con más calma”, explicó. “Esto representa un alivio físico para todos los pilotos de Honda. Ya no tienen que pilotar al 110% de riesgo constante, como hacía Marc Márquez durante años. En aquella época, ese nivel de riesgo solía acabar en caídas, porque era la única forma de marcar la diferencia.”
El efecto Albesiano: una nueva era en la dirección técnica
Bradl también atribuyó parte del mérito a Romano Albesiano, el nuevo director técnico de Honda, por haber aportado una renovada estructura y propósito al departamento de competición. Albesiano, quien se incorporó a HRC procedente de Aprilia a finales de 2024, ha sido ya una pieza clave en la transformación organizativa del equipo, instaurando un proceso de desarrollo más moderno y eficiente.
“Ahora hay una mejor estructura y una mayor eficiencia en la forma en que se hacen las cosas”, añadió Bradl. “Se siente que todos tiran en la misma dirección, algo que no siempre ocurría antes. La comunicación entre los pilotos, los ingenieros y la fábrica en Japón ha mejorado muchísimo, y esa es una gran razón por la que el progreso ha llegado tan rápido este año.”
Este renovado enfoque dentro del proyecto MotoGP de Honda ha traído consigo un nuevo aire de optimismo a una marca que llevaba años buscando un rumbo claro desde el final de la era Márquez. La transición hacia una filosofía más colaborativa y basada en los datos bajo el liderazgo de Albesiano ha permitido a Honda alejarse de la dependencia en la genialidad individual de un piloto y centrarse en la consistencia y adaptabilidad de la máquina, cualidades que habían estado ausentes en los últimos años.
Recuperando la confianza de los pilotos
La nueva estabilidad de la RC213V se ha hecho notar no solo para Bradl, sino también en toda la alineación de pilotos de Honda. Tanto el equipo oficial como la escudería satélite LCR han logrado luchar por mejores resultados y mostrar un ritmo de carrera competitivo sin tener que recurrir a estilos de pilotaje excesivamente agresivos. La mejora en la confianza del tren delantero, la tracción trasera y la previsibilidad general ha permitido a los pilotos llevar la moto más al límite de forma natural y menos peligrosa.
Bradl enfatizó que la moto actual ofrece a los pilotos un rango operativo mucho más amplio, algo que Honda había perdido desde la introducción de la ECU unificada y los neumáticos Michelin en 2016.
“La sensación en la entrada de curva es más estable y puedes gestionar mejor la fase de frenada”, explicó. “Ya no tienes que ir salvando el tren delantero en cada curva. Eso da a los pilotos más libertad para pensar estratégicamente durante las carreras, en lugar de simplemente sobrevivir vuelta tras vuelta.”
Honda vuelve a ser un actor en el mercado de pilotos
El resurgir de Honda no ha pasado desapercibido en el paddock. Tras los progresos en resultados y dirección técnica, la marca japonesa se ha vuelto nuevamente un destino atractivo para los pilotos de primer nivel, un contraste radical con la incertidumbre que rodeaba su futuro apenas un año atrás.
Durante el verano, Honda fue vinculada con varios nombres importantes dentro del mercado de pilotos a largo plazo. Entre ellos, figuraba el campeón mundial de MotoGP 2024, Jorge Martín, quien, en medio de una tensa disputa contractual con Aprilia, fue objeto de rumores que lo situaban en conversaciones con Honda para un posible asiento de fábrica en 2026. Aunque Martín finalmente renovó con Aprilia, el simple hecho de que esas conversaciones existieran demuestra cuánto ha mejorado la reputación de Honda.
El joven talento Pedro Acosta, que sigue impresionando en sus primeras temporadas de MotoGP con KTM, también fue mencionado como un posible objetivo futuro de Honda. La posibilidad de unir el talento natural de Acosta con la renovada fortaleza técnica de Honda ha despertado gran entusiasmo y especulación.
Con una RC213V nuevamente competitiva y una estructura de liderazgo renovada, se espera que Honda sea un actor protagonista en el mercado de pilotos de 2027, cuando se abra el siguiente ciclo de contratos con las fábricas.
Un nuevo capítulo para HRC
Aunque el camino de Honda de vuelta a la cima ha sido largo y desafiante, la evidencia mostrada en 2025 sugiere que la perseverancia y el nuevo enfoque de la marca finalmente están dando sus frutos. La combinación de un liderazgo técnico mejorado, una moto más equilibrada y un rendimiento constante en pista ha reavivado el optimismo dentro y fuera del equipo.
Para Bradl, quien ha pasado años en el corazón del trabajo de desarrollo de Honda, este progreso representa no solo una mejora mecánica, sino también un cambio filosófico.
“Honda ha vuelto a un camino claro”, concluyó. “Ya no se trata de sobrevivir a la carrera o depender de un piloto extraordinario que haga lo imposible. Se trata de construir un paquete que permita a todos los pilotos de Honda ser competitivos —y eso es precisamente lo que está ocurriendo ahora.”
A medida que el mundo de MotoGP dirige su atención hacia las últimas rondas de 2025 y más allá, la historia del renacimiento de Honda se consolida como una de las narrativas más fascinantes de la temporada —un testimonio de resiliencia, reinvención y de la incansable búsqueda del rendimiento en la cúspide del motociclismo mundial.