Francesco Bagnaia y Marc Márquez: Respeto mutuo y una inesperada armonía dentro de Ducati pese a una desigual temporada 2025
Lo que se esperaba fuera una de las rivalidades internas más encendidas en la historia reciente de MotoGP ha tomado un rumbo completamente diferente. La batalla entre Francesco Bagnaia y Marc Márquez dentro de Ducati no ha seguido el guion previsto. Aunque en la pista la competencia entre ambos pilotos ha sido claramente desigual —con Márquez dominando la temporada 2025—, fuera de ella la relación entre el vigente campeón del mundo y el ocho veces campeón se ha transformado en una mezcla de respeto mutuo, comprensión e incluso camaradería.
Márquez aseguró su título mundial —el que amplía su propio récord— en Japón, con cinco rondas aún por disputarse, culminando así una campaña de dominio casi total con los colores de Ducati. Mientras tanto, Bagnaia, quien se unió al equipo oficial en 2021 y conquistó dos títulos consecutivos en 2022 y 2023, ha tenido un año complicado según sus propios estándares. El piloto italiano se encuentra luchando por terminar entre los tres primeros del campeonato tras una serie de resultados decepcionantes, problemas mecánicos y episodios de mala suerte.
Sin embargo, pese a la frustración, no se ha percibido tensión alguna entre las dos estrellas de Ducati. La llegada de Márquez al equipo de Borgo Panigale fue presentada como la prueba definitiva para Bagnaia: un examen para ver cómo reaccionaría el campeón establecido ante la llegada de uno de los mejores pilotos de la historia de MotoGP, famoso por su intensidad y su capacidad para desestabilizar a sus compañeros de equipo. En cambio, la reacción de Bagnaia ha sido madura, elegante y hasta elogiosa hacia su compañero español.
Una temporada de contrastes
La diferencia de rendimiento entre ambos pilotos en 2025 ha sido notoria. Márquez ha acumulado 454 puntos frente a los 274 de Bagnaia, una brecha que refleja la consistencia y la maestría que han devuelto al español de 32 años a la cima de MotoGP. Márquez ha ganado 23 carreras, logrado ocho poles y subido al podio en 31 ocasiones: una impresionante demostración de dominio tras años de lesiones y dificultades de adaptación en Honda.
Bagnaia, por su parte, solo ha conseguido tres victorias, dos poles y catorce podios. Incluso en las clasificaciones, Márquez lidera por 5–1, y en las carreras, el español ha terminado por delante en 28 de las 31 que ambos han disputado.
A pesar de estos números tan dispares, la tensión esperada entre dos competidores de élite no se ha materializado. El italiano ha mostrado una notable serenidad y autoconciencia, reconociendo el talento de Márquez y expresando admiración en lugar de resentimiento.
Cuando Bagnaia logró la victoria en Motegi —el mismo fin de semana en que Márquez aseguró el campeonato—, no se distanció ni mostró incomodidad. Por el contrario, se unió a las celebraciones posteriores a la carrera, felicitando a su compañero y compartiendo un momento simbólico de deportividad que reflejó la armonía que reina dentro del equipo.
Bagnaia: “Me sorprendió”
En una reciente entrevista con La Gazzetta dello Sport, Bagnaia admitió que inicialmente tenía dudas sobre compartir el garaje con Marc Márquez. Dada la reputación del español por su intensidad y su historial de conflictos con rivales —como Valentino Rossi, Jorge Lorenzo o incluso Dani Pedrosa—, Bagnaia temía que la convivencia pudiera ser complicada.
“Al principio estaba un poco preocupado”, confesó Bagnaia. “Siempre se decía que era un dolor de cabeza, incluso para sus compañeros. Y, sin embargo, me sorprendió.”
El italiano explicó que la humildad, el profesionalismo y la actitud colaborativa de Márquez lo tomaron por sorpresa. “Tenerlo como compañero ha sido muy positivo. En Japón nos vimos en un karaoke, tomando sake; fue divertido. Es uno de los mejores de la historia, ha sido dominante en los últimos años. Solo puedes aprender de Marc.”
Estas palabras de respeto fueron respaldadas por el director del equipo Ducati, Davide Tardozzi, quien también elogió el carácter del piloto español. Tardozzi describió a Márquez como “mucho más humilde de lo que muchos piensan”, y subrayó que su ética de trabajo y su disposición para cooperar han fortalecido el ambiente interno del equipo, en lugar de romperlo.
Este respeto mutuo ha contribuido a crear una de las dinámicas más sanas que Ducati ha tenido entre dos pilotos de primer nivel, un hecho especialmente llamativo considerando cómo en el pasado las asociaciones entre grandes estrellas solían degenerar en guerras psicológicas.
Aprendiendo de una leyenda
Para Bagnaia, la llegada de Márquez ha supuesto tanto un desafío como una oportunidad de aprendizaje. El italiano reconoció que ha sido “positivamente influido” por la constancia y la concentración del español, y que ha utilizado su ejemplo como motivación para mejorar su propio enfoque.
La influencia de Márquez se hizo especialmente evidente durante el tramo más difícil de la temporada para Bagnaia. Cuando sus resultados comenzaron a caer a mediados de año, el italiano acudió a su compañero en busca de consejo. Según Bagnaia, la respuesta de Márquez fue simple pero reveladora: “Reinicia”.
Ese consejo marcó un punto de inflexión. Poco después, Bagnaia y el personal técnico de Ducati decidieron volver a una configuración híbrida del GP24/25, combinando elementos de la moto del año anterior con los avances del modelo 2025. El cambio clave consistió en abandonar el dispositivo de altura variable de esta temporada, que estaba causando problemas de estabilidad y tracción en frenadas y aceleraciones.
El ajuste dio resultados casi inmediatos. Bagnaia se mostró mucho más cómodo en Motegi, pilotando con la precisión y confianza que caracterizaron sus temporadas de título. Aunque Márquez rodó de forma más conservadora con el campeonato ya asegurado, el rendimiento de Bagnaia fue una declaración clara de que todavía tiene la velocidad para pelear al frente.
Un destello de renovación
La campaña de Bagnaia no ha estado exenta de altibajos. El Gran Premio de Indonesia, por ejemplo, fue uno de sus puntos más bajos, después de que toda la alineación de Ducati sufriera con el nuevo neumático trasero de Michelin, introducido como medida de seguridad ante el calor extremo. Pero en el equipo mantienen la confianza en que el italiano puede recuperar su mejor nivel.
Con cuatro rondas restantes, incluyendo Phillip Island, Ducati cree que Bagnaia puede volver a mostrar un rendimiento constante. “El Pecco que vimos en Motegi es el verdadero”, señaló un ingeniero del equipo tras la cita japonesa. “Demostró que puede desafiar a Marc cuando todo está en su sitio. Solo necesitamos darle una moto en la que confíe.”
La recuperación mental, la claridad técnica y la renovada serenidad de Bagnaia podrían ser claves de cara a 2026, cuando Ducati volverá a esperar que sus dos pilotos oficiales luchen por el título.
Respeto antes que rivalidad
La historia de la temporada 2025 de Ducati se suponía que sería la de una guerra interna: un choque entre el campeón defensor y el titán renacido. En cambio, se ha convertido en una historia de convivencia, admiración mutua y madurez profesional.
Márquez puede haber tomado el relevo como nueva referencia dentro del equipo, heredando simbólicamente el aura del “número uno” que Bagnaia llevó durante dos años. Pero lejos de resentirse, Bagnaia parece haber aceptado esta nueva realidad como una oportunidad para evolucionar.
Es una dinámica poco común en MotoGP: dos pilotos alfa coexistiendo sin fricciones visibles, empujándose mutuamente a niveles más altos mientras mantienen un respeto mutuo. El dominio de Márquez ha recordado al paddock su grandeza, mientras que la humildad y la disposición de Bagnaia para aprender han reforzado su reputación como uno de los campeones más equilibrados de la era moderna.
Como el propio Bagnaia resumió: “Es uno de los mejores de la historia. Solo puedes aprender de Marc.”
Queda por ver si este espíritu de cooperación se mantendrá la próxima temporada —especialmente si la diferencia de rendimiento se acorta—, pero por ahora, Ducati ha logrado algo extraordinario: armonía en la cima del equipo más competitivo de MotoGP.