Los pilotos reavivan las críticas sobre la seguridad en Mandalika tras la lesión de Márquez
Desde que la serie de MotoGP comenzó a correr en el circuito de Mandalika, en Indonesia, la seguridad de sus zonas de escape —en particular las trampas de grava— ha sido un tema recurrente de preocupación. Un incidente ocurrido el pasado fin de semana, en el que Marc Márquez sufrió otra lesión en su brazo derecho, ha vuelto a desatar fuertes críticas entre los pilotos y ha renovado los llamados a realizar mejoras urgentes.
El incidente que desató el debate
El último accidente involucró a Marc Márquez y al también piloto Marco Bezzecchi. Ambos se vieron obligados a salirse de la pista e ingresaron en una zona de grava del circuito de Mandalika. Márquez terminó con una grave lesión en su brazo derecho, que se suma a su historial de problemas en esa zona del cuerpo. Bezzecchi también resultó afectado. El incidente volvió a poner bajo el foco las preocupaciones sobre la seguridad de las áreas de escape del trazado.
Aunque Márquez ha guardado silencio —entendiblemente, dada su lesión—, muchos de sus compañeros han hablado con dureza. Sus quejas se centran en el diseño y el estado de las zonas de escape de Mandalika, especialmente las trampas de grava. El consenso general entre los pilotos es que esas áreas suponen un riesgo excesivo en comparación con alternativas más seguras, como las escapatorias asfaltadas.
Lo que dicen los pilotos Álex Márquez
Álex Márquez, que observaba la carrera desde la zona VIP junto con Fermín Aldeguer y Pedro Acosta, se mostró visiblemente molesto al ver las repeticiones.
“¿Has visto esa grava? Es un desastre… ¡hay un escalón! Siempre es lo mismo, nada cambia hasta que pasa algo grave”, comentó. Explicó que cuando un piloto pierde el control y cae a alta velocidad, la primera reacción es protegerse con los brazos, lo que aumenta el peligro si hay desniveles o superficies irregulares al borde de las zonas de escape. También recordó un incidente previo en Jerez en el que se lesionó los brazos en condiciones similares.
Más tarde, ante los medios, añadió:
“Está clarísimo. Cuando te caes a esa velocidad, lo primero que haces es protegerte con los brazos. A mí me pasó lo mismo aquí el año pasado. Hay que prestar más atención a esos pequeños detalles, porque cada vez hay más caídas… y más riesgo.”
Joan Mir
Joan Mir, que iba justo detrás de Bezzecchi y Márquez en el momento del accidente, relató:
“Iba justo detrás de Marco y Marc cuando sucedió. Nadie se había caído en esa zona en todo el fin de semana, salvo los que sufrieron un ‘high side’. En mi opinión, ese sector es peligroso. Me asusté por Marc, por cómo cayó tan violentamente, y pensé que algo se podría haber hecho para evitarlo. Pero me asusté aún más por Bezzecchi: cuando se salió de la pista, golpeó ese escalón y entró en la grava a gran velocidad. No entiendo por qué hay grava allí; si fuera asfalto, sería mucho más seguro para nosotros.”
Luca Marini
Luca Marini también opinó al respecto:
“Parecía una caída normal, pero luego tanto Marc Márquez como Marco Bezzecchi cayeron con fuerza y rodaron mucho porque la grava estaba mal colocada. Creo que la lesión de Marc se produjo precisamente por el impacto con la grava.”
Y añadió:
“Tenemos que ser muy cuidadosos. No es algo que ocurra solo en Mandalika; pasa en otros circuitos también. Para el próximo año, algo tiene que cambiar. Pero, lamentablemente, ya es demasiado tarde para Marc. Siempre es triste cuando un piloto se lesiona. Solo espero que no tenga que pasar por otra operación.”
Preocupaciones históricas y advertencias previas
No es la primera vez que las trampas de grava de Mandalika están en el punto de mira. Ya en 2022, durante las primeras pruebas en el circuito, varios pilotos expresaron inquietudes sobre la calidad de las zonas de escape. Jorge Martín, tras sufrir una caída en los ensayos, fue uno de los primeros en advertir públicamente sobre la dureza del material empleado.
“La grava es realmente extraña y duele mucho cuando la tocas. No sé por qué, pero sigo dolorido por la caída. Solo perdí la parte delantera, pero esta grava es muy dura. Normalmente son piedrecillas pequeñas, pero aquí son como cuchillos. Tienen que arreglarlo”, declaró entonces.
Otros circuitos europeos también han recibido críticas recientemente: trazados como Jerez (España), Assen (Países Bajos) o Portimão (Portugal) han sido cuestionados por el diseño de sus escapatorias, especialmente en la implementación de las trampas de grava o las transiciones entre pista y zonas de escape. Sin embargo, Mandalika ha concentrado la mayor parte de las quejas, en parte por ser un circuito más nuevo y por la intensidad de los comentarios de los pilotos.
Problemas técnicos en el diseño de las zonas de escape
Las preocupaciones técnicas principales giran en torno a tres factores clave:
Tamaño y composición de la grava
Los pilotos afirman que la grava de Mandalika es inusualmente gruesa —algunos la describen como “afilada” o “como cuchillos”—, lo que puede causar graves abrasiones, dificultar el deslizamiento y generar comportamientos impredecibles. Las trampas de grava deberían ralentizar gradualmente una moto o piloto que se desliza; sin embargo, piedras demasiado grandes pueden enganchar partes del cuerpo o de la moto, aumentando el riesgo de lesiones.
Zonas de transición y desniveles
En Mandalika existen “escalones” o cambios bruscos de nivel entre el borde de la pista y la grava. Los pilotos explican que al caerse cerca de esas zonas, ruedan o son lanzados violentamente, lo que provoca torsiones o fracturas, especialmente en los brazos. Álex Márquez lo resumió así: “Siempre es lo mismo… con ese tipo de escalón es imposible salir ileso.”
Grava vs. asfalto
Las escapatorias asfaltadas son generalmente preferidas para el motociclismo, ya que permiten reducir la velocidad de forma más segura y predecible, sin irregularidades que lancen al piloto. Sin embargo, muchos circuitos mantienen la grava debido a diseños heredados del automovilismo, o por exigencias de las competiciones de coches. A menudo existe un compromiso entre ambos mundos.
Por qué los cambios han sido lentos
A pesar de las reiteradas quejas y advertencias, Mandalika ha realizado pocas mejoras en sus zonas de escape. Estas obras son costosas, y rediseñar o nivelar las áreas de escape puede requerir reformas de gran escala o negociaciones con organismos rectores. También existe cierta resistencia a modificar elementos que afectan a distintas categorías —motos, autos, e incluso competiciones mixtas—, cada una con estándares de seguridad diferentes.
A esto se suma la presión de los calendarios, la logística y la inversión financiera: los circuitos quieren albergar grandes eventos, a veces antes de completar todas las mejoras necesarias. En el caso de Mandalika, los críticos sostienen que esas prisas se reflejan en un diseño deficiente de las escapatorias.
El costo humano: lesiones y riesgo
Las consecuencias de un mal diseño van mucho más allá de las quejas. Las caídas en zonas de grava con transiciones irregulares pueden provocar:
Lesiones físicas más graves (fracturas, conmociones, abrasiones). Accidentes más violentos debido a trayectorias impredecibles de la moto. Mayor peligro para pilotos que intentan reincorporarse o para el personal médico. Impacto psicológico y pérdida de confianza entre los corredores.
El relato de Álex Márquez sobre su accidente en Jerez, y la reciente lesión de Marc en circunstancias similares, subrayan la gravedad del problema. Cada lesión implica tratamiento médico, tiempo de recuperación y puede afectar tanto la clasificación del campeonato como la carrera profesional de un piloto.
Propuestas de los pilotos
A partir de las declaraciones de Márquez, Mir, Marini y otros, las soluciones más repetidas son:
Convertir las zonas de grava más peligrosas en escapatorias asfaltadas, especialmente aquellas con alta velocidad o con historial de caídas. Eliminar los desniveles entre pista y zonas de escape, sustituyéndolos por transiciones suaves y graduales. Usar grava más fina y redondeada, que permita un deslizamiento más controlado y menos abrasivo. Realizar inspecciones y auditorías de seguridad más frecuentes, especialmente después de accidentes. Reforzar la supervisión regulatoria, con la FIM y Dorna estableciendo normas de seguridad más estrictas y de cumplimiento obligatorio. Contexto institucional y regulatorio
MotoGP está supervisado por una combinación de organismos deportivos, promotores y autoridades locales. La FIM define los estándares de seguridad que los circuitos deben cumplir para ser homologados. Sin embargo, entre la identificación de un problema y su corrección suele pasar tiempo, debido a factores técnicos, financieros o burocráticos.
Eventos como los Grandes Premios de Australia o España han visto mejoras recientes en seguridad —con zonas ampliadas, grava sustituida por asfalto y cambios en los pianos—. Pero en trazados nuevos como Mandalika, que buscan ser polivalentes, aún se evidencian decisiones de diseño que priorizan la compatibilidad con distintas categorías más que la seguridad del motociclismo.
Repercusiones inmediatas y lo que debe suceder
De cara a la próxima temporada, los pilotos exigen que Mandalika realice cambios “definitivos”. En particular, esperan:
Un mapeo completo de las zonas de escape con mayor riesgo. Un rediseño técnico de las secciones más peligrosas, especialmente la que provocó la lesión de Márquez. Implementación visible y rápida de las mejoras antes del próximo Gran Premio en Indonesia.
Hasta que eso ocurra, los pilotos seguirán expuestos a un riesgo elevado. El mensaje de ellos es claro: el espectáculo no debe anteponerse a la seguridad y la salud de quienes compiten.
Conclusión
La reciente lesión de Marc Márquez no es simplemente otro accidente desafortunado: es una nueva advertencia sobre los persistentes problemas de seguridad en Mandalika. Las críticas repetidas, las advertencias previas y la acumulación de incidentes ya no dejan lugar a dudas: el diseño actual de las zonas de escape —especialmente las trampas de grava con escalones y piedras gruesas— es inadecuado.
Los pilotos reclaman escapatorias asfaltadas, transiciones más seguras, grava de mejor calidad y una supervisión más rigurosa por parte de las autoridades. El costo de no actuar es alto: más lesiones, más trauma y, potencialmente, consecuencias peores.
A medida que MotoGP avanza, con más carreras y mayores exigencias por temporada, la presión para que circuitos como Mandalika prioricen la seguridad no hará más que aumentar. Para Márquez y para todos los pilotos, la esperanza es que estas advertencias finalmente se traduzcan en cambios reales, para que las caídas del futuro no dejen cicatrices físicas ni mentales.