Alex Márquez admite que el título de MotoGP está prácticamente fuera de alcance tras una drástica pérdida de puntos y se enfoca en terminar segundo en la general
Lo que comenzó como una temporada reveladora para Alex Márquez en MotoGP ha dado un giro dramático. Tras haber sido considerado un serio candidato al título e incluso haber liderado el campeonato a comienzos de año, el piloto de Gresini Ducati ahora se encuentra a 120 puntos de distancia de su hermano Marc Márquez en la clasificación general, una desventaja que el propio Alex reconoce como “prácticamente imposible” de remontar mientras la temporada 2025 entra en su tramo final.
Una carrera renacida en Gresini
El resurgir de Alex en MotoGP se remonta a su cambio al equipo Gresini Racing en 2023. Antes de eso, su trayectoria en la categoría reina estuvo marcada por la inconsistencia y la decepción durante sus etapas en Repsol Honda y LCR Honda. Su temporada de debut en 2020 —afectada por la pandemia de COVID-19 y el inicio de la grave lesión de Marc Márquez— mostró destellos de potencial, pero no fue hasta su llegada a Gresini que comenzó a desplegar todo su verdadero talento.
En su último año con LCR, en 2022, Alex apenas sumó 50 puntos y terminó 17º en la general, muy lejos de los protagonistas. Pero el cambio a Gresini marcó una mejora notable: bajo el nuevo formato de fines de semana con carreras sprint, que permite obtener hasta 37 puntos por ronda, acumuló 177 puntos y terminó noveno en el campeonato.
La temporada 2024 trajo consigo nuevas complejidades. Aunque fue eclipsado por la llegada de su hermano Marc al mismo equipo, y su total de puntos bajó ligeramente a 173, Alex logró su mejor posición histórica en el campeonato al finalizar octavo. Sin embargo, eso solo fue el preludio de la impresionante campaña que ha protagonizado en 2025.
2025: De contendiente a perseguidor
Alex comenzó la temporada 2025 en un estado de forma espectacular. Abrió el año con tres rondas consecutivas de doble podio —segundo en la sprint y segundo en la carrera principal en Tailandia, Argentina y Austin— lo que le permitió tomar el liderato del campeonato tras la tercera fecha, aprovechando una caída de Marc en el GP de las Américas.
Muchos comenzaron a verlo como un serio aspirante al título, destacando su constancia y ritmo competitivo. Aunque algunos observadores pidieron cautela —señalando lo exigente del calendario, con 22 Grandes Premios y 44 carreras—, Alex claramente estaba superando las expectativas.
Incluso después de perder el liderato en Catar, se mantuvo cerca de la cima de la clasificación y consiguió su primera victoria en MotoGP en el Gran Premio de España en Jerez, sumando 34 puntos ese fin de semana, apenas tres menos que el máximo posible. En las primeras nueve rondas del año, acumuló 230 de los 333 puntos posibles —una tasa de éxito del 69%— y fue considerado uno de los pilotos más regulares de la parrilla. Su único desliz en ese período fue una caída bajo la lluvia en Le Mans, que lo dejó con solo nueve puntos ese fin de semana.
Cambio de rumbo: caídas y oportunidades perdidas
Sin embargo, la situación comenzó a torcerse para Alex en el TT de Assen. Tras puntuar en la sprint del sábado, sufrió una caída en la carrera del domingo al intentar una maniobra demasiado agresiva sobre Pedro Acosta. El accidente le provocó una fractura en un dedo de la mano izquierda y significó su segundo abandono dominical del año.
De forma notable, apenas una semana después, en Sachsenring, Alex regresó a la acción pese a la lesión y logró un heroico segundo puesto en la carrera principal del domingo. Aunque solo sumó dos puntos en la sprint, su podio rescató lo que podría haber sido otro fin de semana desastroso.
Pero la recuperación fue breve. En Brno, volvió a cometer un error costoso al caerse mientras forzaba más allá del límite. Para colmo, también arrastró a Joan Mir en el incidente, lo que le valió una penalización de Vuelta Larga para el próximo Gran Premio de Austria.
A pesar de la creciente presión y los recientes tropiezos, Alex mantiene la compostura en público. Tras la carrera en Brno, recalcó la importancia de aprender de los errores recientes y utilizarlos de forma constructiva.
“Tenemos que aprender de nuestros errores y aprovechar la experiencia para no repetirlos,” dijo. “Debemos centrarnos en lo positivo. Llevamos 12 Grandes Premios, quedan 10, y estamos segundos en el campeonato. Nadie puede quitarnos eso.”
Los números son contundentes
Si bien Alex sigue siendo segundo en la clasificación general, el pronunciado descenso en sus resultados ha encendido las alarmas. En las últimas tres citas —Assen, Sachsenring y Brno— apenas ha sumado 31 de los 111 puntos posibles, lo que representa una efectividad del 27,9%. Una caída drástica comparada con el 69% que mantenía en la primera mitad del año.
Mientras tanto, Marc Márquez ha recuperado su mejor versión, sumando puntos máximos con regularidad y ampliando su ventaja en la cima de la tabla. De estar a solo 32 puntos en Aragón, y luego a 40 en Italia, Alex ahora se encuentra a una distancia abrumadora de 120 puntos.
Con 370 puntos aún en juego en los últimos 10 Grandes Premios, el campeonato no está matemáticamente decidido, pero la realidad es que el impulso está claramente del lado de Marc, y Alex lo sabe.
“Es cierto que ahora estamos a 120 puntos del líder, así que, salvo que ocurra algo muy extraño, es prácticamente imposible cerrar esa brecha,” admitió. “Lo importante es seguir en nuestra línea. Y cuando las cosas no salen tan bien como otros fines de semana, debemos tener un poco más de paciencia.”
La caída en Brno también puso fin a una racha de 16 carreras consecutivas en las que Alex había puntuado —una muestra clara de la consistencia que había logrado en el último año.
Apuntando al segundo puesto: un nuevo objetivo
Aunque el sueño del título se desvanece, Alex ahora centra su atención en defender la segunda posición en la general —un resultado que, de concretarse, representaría un hito importante en su carrera. Actualmente tiene una ventaja de 48 puntos sobre Francesco Bagnaia, que marcha tercero, y ve el subcampeonato como un objetivo legítimo.
“Por supuesto, terminar segundo en el campeonato sería increíble para nosotros,” comentó Alex. “No es solo una lucha por el subcampeonato, que podría sonar un poco raro —es un objetivo claro.”
Reflexionando sobre la clasificación actual, Alex reconoció que su cercanía con la cima durante buena parte del año pudo haber sido engañosa, propiciada por errores inusuales de Marc en las primeras fechas —como sus caídas en Austin y Jerez— que le dieron una ventana de oportunidad.
“Estar tan cerca del liderato a estas alturas de la temporada fue una sorpresa para nosotros, y sabíamos por qué había ocurrido,” explicó. “Los errores de Marc en Austin y Jerez nos dieron la oportunidad de mantenernos cerca durante tanto tiempo.”
La realidad del Ducati de fábrica
Alex también es consciente de la ventaja competitiva que posee su hermano —especialmente con el equipo oficial de Ducati, que continúa perfeccionando su moto fin de semana tras fin de semana.
“Los datos muestran claramente la superioridad de Marc en todo momento,” admitió. “El equipo de fábrica de Ducati sigue ajustando detalles, introduciendo pequeñas mejoras que se notan. Siempre van un paso más allá.”
Aun así, remarcó que su objetivo sigue siendo maximizar su rendimiento dentro de las limitaciones de su equipo y obtener los mejores resultados posibles en cualquier circunstancia.
“Ya sabíamos que, con lo que tenemos, debemos dar nuestro máximo cada fin de semana e intentar minimizar los daños,” afirmó.
Mirando al futuro: terminar fuerte
Con el Gran Premio de Austria como próxima parada —y la penalización de Vuelta Larga pendiente— Alex Márquez se enfrenta a una nueva prueba de fuego. Sin embargo, a pesar de los recientes tropiezos, su temporada en conjunto sigue siendo exitosa bajo la mayoría de las métricas. Está encaminado a lograr su mejor posición histórica en el campeonato y ha demostrado que puede pelear de tú a tú con la élite del motociclismo.
El título puede estar fuera de alcance, pero la lucha por el segundo puesto está viva. Y para Alex Márquez, conseguirlo no sería simplemente un premio de consolación —sería la confirmación de su ascenso sostenido y de su merecido estatus como piloto regular del grupo puntero en MotoGP.