Márquez llega a Jerez en plena forma tras años de lucha y reinvención
Marc Márquez regresa al circuito de Jerez este fin de semana, donde una devastadora lesión casi truncó su carrera en 2020, como líder del campeonato de MotoGP 2025. El piloto español, ahora con el equipo oficial de Ducati, ha arrasado en la temporada con siete victorias en las primeras ocho carreras, con una ventaja de 17 puntos sobre su hermano menor, Álex Márquez.
El dominio actual de Márquez marca un cambio de rumbo sorprendente tras cuatro años turbulentos llenos de lesiones, cirugías e incertidumbre. La fractura de brazo que sufrió en Jerez en 2020 desencadenó una serie de reveses que pusieron a prueba su resistencia física y mental.
“De 2020 a 2024 fueron los años más difíciles de mi carrera y de mi vida”, declaró Márquez antes de su carrera en casa. Fue una época de constante inquietud. Habría sido fácil abandonar, pero esa tentación se convirtió en mi motivación. Me concentré en ir paso a paso, sabiendo que no se puede llegar a la cima sin antes superar la dificultad.
Ese período de adversidad, explicó Márquez, lo obligó a evolucionar, no solo como piloto, sino como persona. “Adquirí una perspectiva diferente del deporte. Me ayudó a crecer, aunque no quisiera que nadie más pasara por lo que yo pasé”.
Su decisión de dejar Honda, el equipo con el que ganó seis títulos mundiales, y unirse al equipo satélite Gresini en 2024 fue una decisión audaz que pocos pilotos de su talla se arriesgarían. Para Márquez, se trataba de relanzar su carrera a su manera.
“Cambiar de Repsol Honda a Gresini fue una gran apuesta”, dijo. Cuando tomas ese tipo de decisión, te estás poniendo bajo la lupa. Tienes la mejor moto, los focos están puestos en ti y la gente está dispuesta a juzgarte. Pero lo hice por valentía, no por miedo. Si fallaba, que así fuera. Pero prefiero intentarlo y fracasar que no intentarlo en absoluto.
Esa apuesta dio sus frutos: Márquez ganó tres carreras con Gresini, terminó tercero en el campeonato de 2024 y consiguió un ascenso al equipo oficial de Ducati esta temporada.
Sin embargo, admite que su intenso deseo de triunfar a veces puede ser contraproducente. “Ese impulso, esa búsqueda constante de la superación, puede ser cegador. Después de mi accidente en Austin, no pude dejar de darle vueltas en la cabeza durante días. Quiero hacerlo todo bien, ya sea en las carreras o en mi vida personal”.
Aunque se esfuerza por alcanzar la excelencia, Márquez dice que evita obsesionarse con el control. La perfección es el objetivo, no el control. Y he aprendido lo importante que es escuchar a quienes me rodean, porque cuando estás demasiado concentrado, pierdes la visión global.
Con 32 años, Márquez es un símbolo de resiliencia en este deporte. Este fin de semana, no solo busca ampliar su ventaja en el campeonato, sino que también espera conseguir su histórica victoria número 200 en la categoría reina para España. Una victoria de Ducati también igualaría el récord histórico de Honda de 22 victorias consecutivas en la máxima categoría.
“Llegamos a Jerez en una situación muy diferente este año”, dijo Márquez. “Somos fuertes, tenemos confianza y estamos obteniendo buenos resultados. No busco la victoria a cualquier precio; el objetivo es subir al podio. Estoy emocionado por volver a correr ante la afición española”.