Marc Márquez se recuperó de su accidente en Austin con una actuación imponente en Catar, consiguiendo la pole position y ganando tanto la carrera sprint como la principal, su tercera victoria general esta temporada. El triunfo le permitió recuperar el liderato del Campeonato Mundial y le ayudó a olvidar el amargo sabor de boca de su error en la ronda anterior. A pesar de anticipar un fin de semana de carrera más defensivo debido al desafiante trazado de Catar, Márquez superó las expectativas, gracias a la mala clasificación de Francesco Bagnaia y a una carrera caótica que eliminó a varios de los principales aspirantes.
En lugar de dominar desde la cabeza como en carreras anteriores, Márquez optó por un enfoque más calculado y estratégico. Se centró en la conservación de los neumáticos, especialmente en la gestión del neumático delantero en la primera mitad de la carrera, una decisión que permitió a Bagnaia acercarse. Márquez explicó que esta salida conservadora fue necesaria debido a cómo el circuito afectaba a su estilo de pilotaje, que normalmente implica frenadas agresivas y presión en el tren delantero. Su mentalidad cambió cuando Bagnaia lo adelantó: “Ahí fue cuando empezó la carrera de verdad”, dijo. A partir de ese momento, Márquez presionó con fuerza, realizando una maniobra decisiva en las últimas vueltas tras adelantar a Maverick Viñales, utilizando al máximo el freno delantero para obtener ventaja.
Márquez también habló sobre un incidente a mitad de carrera con su hermano Alex, admitiendo una culpa parcial. Tras acelerar demasiado pronto, redujo la velocidad repentinamente, pillando a Alex desprevenido y provocando un contacto, lo que permitió a Franco Morbidelli adelantarlos a ambos. Afortunadamente, ambos pilotos se mantuvieron en la posición correcta. Más tarde, Márquez identificó erróneamente a Viñales como Pedro Acosta debido al parecido físico y la velocidad de la KTM que pilotaba Viñales. Solo después de ser adelantado se dio cuenta de que era el piloto de Aprilia.
Durante el contacto con Alex, Márquez perdió una pequeña pieza aerodinámica de la parte trasera de su moto, pero minimizó el impacto, afirmando que no afectó a su rendimiento.
Reflexionando sobre la carrera, Márquez señaló que el nivel de adelantamientos y la emoción no se debieron únicamente al trazado de la pista. Cree que a menudo depende de la estrategia del piloto más rápido. Cuando un líder baja el ritmo, se agrupa a la parrilla y la carrera se vuelve más competitiva. Eso fue lo que ocurrió en Catar, ya que deliberadamente redujo la velocidad al principio de la carrera para mantener su estrategia.
Márquez expresó su satisfacción y orgullo personal por superar las dificultades de un circuito donde no esperaba ganar. Una de las mejoras clave que contribuyeron a su rendimiento fue su mejor manejo en las curvas a derechas, un aspecto en el que ha estado trabajando durante toda la temporada. Este avance técnico impulsó tanto su velocidad como su confianza.
De cara a Jerez, la próxima carrera del calendario, Márquez está motivado para tener un buen rendimiento ante su público. Sin embargo, se mantiene cauteloso, señalando que actuaciones anteriores han demostrado la fuerza que pueden tener rivales como Bagnaia en ese circuito.
Finalmente, Márquez reconoció que prospera bajo presión y en condiciones difíciles, afirmando: “Cuando las cosas se ponen difíciles, doy lo mejor de mí. Pero cuando todo es fácil, es cuando cometo errores, como me pasó en Austin”.