Al igual que le ocurrió con la Suzuki en 2017, Álex se encontró con problemas similares con la Yamaha: “Se lo comenté a los chicos ya la segunda vez que me subí a la moto, y parece que están trabajando en ello.”
Los planes de varios equipos se fueron al traste cuando la lluvia hizo acto de presencia en Mugello tras el Gran Premio de Italia. Yamaha, por ejemplo, esperaba aprovechar la jornada de test en las colinas toscanas para probar nuevas piezas.
Teníamos material nuevo que probar aquí, así que fue un fastidio no poder rodar en seco. Afortunadamente, Alex Rins, de Mugello, declaró: “Vamos a Valencia la semana que viene y allí probaremos las novedades”, tal y como apuntaron nuestros amigos de Crash.net.
De hecho, el piloto español y el equipo Monster Energy Yamaha tendrán la oportunidad de volver a la pista del Ricardo Tormo para dos días de entrenamientos privados, previstos para los días 11 y 12 de junio, en los que seguirán trabajando en la M1, en un intento de progresar en una temporada aún falta de resultados. Esto se debe a que el GP de Kazajstán ha sido aplazado hasta septiembre.
A la marca de Iwata le está resultando muy difícil obtener buenos resultados, a pesar de las concesiones hechas este año a los fabricantes japoneses. Prueba de ello son las posiciones de Rins y Fabio Quartararo, 20º y 13º respectivamente en el Campeonato del Mundo de Pilotos tras las seis primeras pruebas del año. Un escenario que parece aún más deprimente cuando miramos la clasificación de Constructores, en la que Yamaha ocupa la penúltima posición con 36 puntos, a 102 puntos de Aprilia, tercera, y 205 puntos por delante de Ducati, primera.
Hablando más específicamente sobre los desafíos a los que se ha enfrentado en lo que va de temporada, Rins dijo que ha observado problemas con el manejo de la moto que le recuerdan a su etapa en Suzuki en 2017. En un intento de solucionar los problemas de tracción a la salida de las curvas con un tren motriz más suave, la marca de Hamamatsu desvió el desarrollo del motor de la GSX-RR ese año, lo que provocó problemas de entrada y paso por curva.
Nos resulta realmente complicado girar.Parece similar, ya que yo mismo lo experimenté allá por 2017″, comentó Alex. “Se lo comenté a la gente después de subirme por segunda vez a la Yamaha y parece que lo están solucionando”.
El piloto ibérico está seguro de que los problemas de Yamaha en las curvas se deben principalmente al motor debido a sus experiencias anteriores.
“El motor es el principal culpable de los problemas actuales, más que la electrónica. Sin embargo, cambiar de motor a mitad de temporada es un reto, es fácil cometer un error”, continúa el piloto de 28 años. En un intento de compensar las deficiencias de la moto, el piloto catalán se ha centrado principalmente en la electrónica, la puesta a punto y el carenado de la M1, además de en Quartararo. También se ha abstenido de probar cualquier modificación del tren motriz que Yamaha pueda intentar en Valencia.