Este año, Marc Márquez se unió a Gresini y a una nueva Ducati en MotoGP, tras diez años con Repsol Honda. Ya es un habitual en la lucha por el podio, y parece que la adaptación ha sido rápida y sencilla.
En una entrevista concedida a la web del campeonato, se le preguntó al español si, después de siete rondas, ya sentía que la Desmosedici GP23 era su moto. Comenzó su respuesta reconociendo que sí, desde hace tiempo:
Por supuesto, pilotar la moto me hace sentir muy bien. Como ya dije en Jerez, creo que ya me siento parte de la moto, es decir, somos uno. Por supuesto, en algunos circuitos me cuesta más que en otros. El viernes, por ejemplo, me costó mucho en Le Mans y Cataluña. Pero en Mugello nos entendimos y el viernes ya estaba en carrera.
La cuestión, en opinión de Márquez, reside ahora en los pequeños elementos que hay que dominar: “Ya sé cómo pilotar la moto y mantener el ritmo de carrera, pero todavía hay pequeños detalles que entender”. Hoy en día, los pequeños detalles importan mucho.